En la Iglesia estamos todos “llamados a caminar juntos” es por eso que, bajo este lema, el fin de semana pasado se llevó a cabo la Asamblea Nacional de la Pastoral de Juventudes en Luján, Buenos Aires. Apóstoles, como miembro del Área Joven del DeNAPBI (Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica) fue convocado para participar, dando testimonio como jóvenes del apostolado y el llamado a la misión de cada uno dentro de la Iglesia, siempre desde La Palabra. En esta oportunidad participaron del encuentro María Jandula, Bernardita Terán y Francisco Dumont.
“Es muy lindo conocer y compartir con otros carismas, y descubrir lo lindo de que en la diferencia encontramos la riqueza. Este fin de semana se vivió eso a pleno”. – María Jandula
El objetivo de este encuentro fue trabajar la transversalidad de la pastoralidad vocacionada y el trabajo en red con otras áreas. Siendo la vocación y la vocacionalidad lo más central del encuentro, los jóvenes trataron el tema del llamado desde el Evangelio de Juan. Se buscó mostrar como la pastoral vocacional, y todas las pastorales, están directamente atravesadas por La Palabra, o por lo menos así debería ser.
Ante un auditorio de 150 personas, incluyendo jóvenes dirigentes diocesanos de la Pastoral de Juventudes, los asesores de dichos espacios y los miembros de la Comisión Nacional, los jóvenes del DeNAPBI presentaron al Discípulo Amado y la diversidad en el discipulado y en las vocaciones, haciendo uso de distintas herramientas para la animación bíblica, como la actuación y el canto.
“Me pareció q fue una jornada bastante nutritiva, en el sentido de lo q se hablaba y lo q pensaba la gente que fue. Ver gente de distintas diócesis estuvo bueno porque te hacían ver las mismas cosas de manera diferente. Y lo q más me gustó fue ver tantas vocaciones jóvenes, curas jóvenes, eso daba más ánimo” – Fran Dumont
En esta oportunidad jóvenes de todo el país reflexionaron sobre las vidas vocacionadas ; participaron en distintos talleres y en conversatorios espirituales; y también tuvieron la posibilidad de visitar la Basílica de Luján. Allí se celebró una misa final muy emocionante, en la que todos los presentes se acercaron y en torno al altar pudieron cerrar este encuentro inolvidable.
La juventud es sin dudas una parte central de nuestra Iglesia, debemos escuchar qué tienen para decir, y animarnos a ir descubriendo nuestra vocación día a día desde La Palabra.