Antes de cada función, pudimos gozar de la oportunidad de tener la Santa Misa, adentrándonos en la Palabra, dándonos lugar a darnos cuenta que por medio de ella , cuando leemos Dios nos habla y cuando Oramos , nosotros hablamos con Él!, por eso no podemos dejar de meditarla cada día , leyéndola y releyéndola , sino nos convertiremos en predicadores vacíos de la palabra, y si estamos vacíos de Él , es imposible llevarlo a los demás, porque no podemos dar lo que no tenemos.
Por eso en cada Misa que tuvimos, sabíamos que Dios nos iba a transmitir algo diferente, por eso, estuvimos dispuestos a escuchar la voz de Dios, a veces susurrante y suave, también capaz de sanar cualquier herida o dolor! y poniéndole toda el amor que necesitaba, otra vez le dijimos SI a Cristo! Siendo simples servidores de Él. Evangelizando una vez más su palabra y llevándola a los demás, por eso no podemos ocultar lo que nos dejó conocer y negarle a los otros lo que Él nos hizo ver, porque jamás nos podremos guardar tanta alegría que gratis recibimos!! Por eso “NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OIDO.”
C.P