El Domingo 6 de octubre fuimos a Horco molle. Empezamos a misionar ahí a finales de 2018 y ahora esta misión es dirigida por el grupo de “Servidores” (chicos de Apóstoles que asisten a primer año de la facultad). Junto al pueblo, celebramos a su patrona: Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, en la Capilla con su nombre.
Compartimos una vigilia, en donde el objetivo fue preparar el corazón para este gran día de espera a María. Realizamos actividades en grupos, manualidades, una pequeña obra de teatro, cenamos, y para finalizar tuvimos una Adoración Eucarística.
Nuestra idea primordial fue ir a compartir con la gente, y como siempre nos llevamos más de lo que pudimos ofrecer; observamos como la comunidad se iba inundando de nuestro carisma, haciéndolo propio. Nos encantó la respuesta y la buena onda de parte de todo el pueblo frente a las actividades que realizamos, se los notó no solo emocionados y divertidos, sino también con el corazón dispuesto para los distintos momentos, tantos de alegría como de reflexión y oración.
Conmemorando a la Virgen del Rosario, tuvimos la experiencia de compartir y conocer un poquito más a la comunidad; y a la vez, como Apóstoles, la oportunidad de reafirmar nuestro amor por María, porque “Toda tierra cristiana es tierra mariana, y no existe pueblo rescatado por la Sangre de Cristo que no se enorgullezca de proclamar a María como su Madre y Patrona”. Porque; vestida de blanco como en Lourdes, morenita como en Guadalupe, o con el Niño en brazos como en San Nicolás; nuestra madre es una sola, y poniéndose distintos vestidos, se “multiplica” con el único objetivo de llevarnos a Jesús.
[CP]